Thomas Correa no le teme a lesiones
Thomas
Correa tiene 11 años y a su edad ya conoce de lesiones importantes, como la vez
que se fracturó la clavícula en el Provincial de Motocrós, en el 2016. Pero, el
piloto pichinchano dice que no va a frenarse. Seguirá con su sueño de triunfar
en el deporte. El interés en el mundo de las motos se lo debe
a sus padres. Ellos tienen una productora audiovisual, con la cual realizaban
coberturas de eventos de motociclismo. Desde que tenía 5 años, Thomas ya estaba
encima de una moto. David, su padre, recuerda con emoción los primeros pasos
del ahora campeón provincial de motocrós. Dice que cuando su hijo era más
pequeño, un día fueron juntos a comprar una moto para él. Sin embargo, su
retoño se subió a una máquina de 50 cm3 y no quería bajarse. Entonces, declinó
de comprarse su moto y decidió darle gusto a su hijo. Allí comenzó el camino
deportivo de Correa, quien actualmente cuenta con tres máquinas con las cuales
compite y se entrena. Correa estudia en el Colegio Letort y practica en dos
pistas: Los 3 Guabos y en el circuito Cantú. Concurre a los sitios de
entrenamiento de tres a cuatro veces por semana. El pasado 19 de noviembre,
obtuvo el primer lugar en el Provincial de Motocrós, con lo cual se convirtió
en tricampeón de este torneo. Aquí se enfrentó a rivales conocidos de su
división como Luciano Bravo Malo. El 12 del mismo mes, solo una semana antes,
se llevó el Campeonato Regional. En los dos torneos lo hizo en la categoría 65
cm3. Pero, los éxitos estuvieron acompañados de tropiezos y sustos. Para el
campeón y su familia, la fractura de la clavícula, sufrida el año pasado en La
Maná, pudo haber marcado el final de su carrera. Thomas se lesionó durante el
Provincial en la localidad de Cotopaxi. Su padre David cuenta que tuvieron que
socorrerlo en la pista y luego llevarlo a un centro médico de La Maná.
“Después, lo sacamos sedado de ahí porque no podían atenderlo, fue un susto
grande”, recuerda el padre del campeón de motociclismo. Los padres quedaron tan
asustados que intentaron vender las motos. Ese deporte habría terminado para
Thomas. No obstante, la respuesta del corredor fue rotunda: “quiero seguir en
las pistas”. “Me gusta estar en el aire, cuando estoy en el aire me siento
tranquilo”, cuenta el colegial, quien deja en claro que no quiere dejar de lado
su pasión. Confiesa que se alimenta de la adrenalina, que esa es una de las
razones por las cuales no deja este deporte. Uno de los pilares del
motociclista es su entrenador Felipe Espinoza, quien también es piloto. En él
han encontrado a un apoyo fundamental para que en cada carrera tenga la
confianza suficiente. Desde que empezó a correr en torneos, el corredor no ha
parado de llenarse de podios. Tiene 11 años y ya ha participado en
aproximadamente 500 competencias, entre torneos oficiales y por invitación.
Ahora, se alista para los retos de la próxima temporada. Quiere seguir
mejorando su técnica y volar en las pistas.
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